Desde los camisones de lana creados para protegernos del frío, a los pijamas de encaje con todo lujo de detalles para sentirte sexy en casa. La evolución del pijama es una historia de lo más interesante.
Haz un break y disfruta de este artículo. ¡Verás qué curiosidades más interesantes te vamos a contar!
En nuestro blog ya te hemos hablado del origen del pijama en nuestros artículos “Historia del pijama” y “El origen del pijama”, de lo más interesantes. Pero nos hemos quedado con ganas de más, así que hoy vamos a hablar de la evolución del pijama.
Como ya hemos comentado en artículos anteriores, el origen del pijama tuvo lugar alrededor del siglo XVII por India, Irán, Pakistán y Bangladesh, donde era denominada “pae jama”, que literalmente significa “prenda para la pierna”.
Fueron los colonizadores ingleses quienes extendieron su uso por el resto del mundo, usando el pijama como símbolo de estatus, ya que era una prenda exótica solo accesible para las clases altas y la nobleza.
En aquel momento, el pijama no se parecía al que usamos actualmente. Con el paso de los años la comodidad se impuso, y el uso del pijama se fue extendiendo a todas las clases sociales allá por finales del siglo XIX, cuando ya casi era igual que el pijama que conocemos actualmente.
Vamos a ver cuales fueros las fases por las que pasó el pijama para convertirse en la prenda cómoda que usamos actualmente tanto para dormir, como para estar cómodamente en casa en nuestros ratos libres y de relax.
En la edad media se usaban bastos camisones, de tejidos gruesos, como la lana o terciopelo. Eran prendas largas hasta los pies y tenían puños para mantener el calor.
Estos camisones tampoco estaban al alcance de todos, de nuevo eran prendas a las que podían acceder las clases pudientes, que usaban los camisones para protegerse del frío y cubrir su desnudez, pero aún no se usaba “ropa para dormir” específicamente. Tanto hombres cómo mujeres los usaban, la diferencia entre camisones masculinos y femeninos era que estos últimos eran adornados con encajes, cintas y bordados.
Fue más tarde, en el siglo XVIII, cuando se empezaron a ver diferencias entre sexos en lo que a los camisones se refiere. Los camisones de mujer se estilizaron, y los de hombres empezaron a confeccionarse más cortos.
El pijama en sus inicios, compuesto por pantalón y camisa holgados, también lo usaban hombres y mujeres, aunque en e siglo XVIII se consideró atrevido que las mujeres vistieran pantalón, aunque fuese para estar por casa o para dormir.
A finales de este siglo, las mujeres estaban condenadas a vivir bajo prendas apretadas e incómodas como corsés y enaguas, que impedían su libertad de movimiento en pos de mostrar al resto del mundo que los negocios de sus maridos eran fructíferos, de ser un símbolo de estatus y riqueza.
Algunas de estas mujeres empezaron a vestir pantalones bombachos bajo sus faldas, hecho que fue ridiculizado por los medios de comunicación de la época.
No obstante, el pijama empezó a ganar popularidad entre el sexo femenino, y fue durante los años 20 cuando Coco Chanel diseñó un pijama ceñido de dos piezas y las mujeres empezaron a usar esta prenda para ir cómodas a la playa, aunque todavía eran multadas por el atrevimiento de vestir pantalones en público.
Actualmente existen pijamas para todos los gustos: pijamas de algodón, pijamas de terciopelo para hombre, pijamas de estilo sport, pijamas de invierno y de verano, etc.
Podemos elegir la opción que más nos guste, con la que más cómodos nos sintamos para pasar esos ratos en casa, en la tranquilidad de nuestro hogar. Para dormir sin pasar frío y conseguir un descanso óptimo para comernos el día.
Sin embargo, la evolución del pijama no termina en nuestros días, las nuevas tendencias vuelven a apostar por el uso del pijama como prenda cómoda, con la que podemos salir a la calle, y así lo demuestran las nuevas líneas de marcas en las que no está claro el límite entre ropa de calle o homewear.
No sabemos que nos depara el futuro, pero en Pijamas Babelo seguiremos a la última para ofreceros lo último en pijamas de alta calidad para hombres y mujeres. ¡Larga vida al pijama!