Durante el último año y medio hemos vuelto a comprobar, aún con más fuerza, que los pijamas son uno de los outfits que más placer nos generan. Y es que eso de pasar tantas horas en casa ha hecho que le demos más importancia a las prendas aparejadas al descanso y la comodidad. Estas dos características para muchos están ligadas o bien al modelo o a las características del pijama, por eso muchos debaten a la hora de elegir. Y es que, aunque muchos dicen que es solo para dormir, desconocen que la elección de un buen pijama repercute y mucho a la hora del descanso.
Por eso, en este proceso de elección puede que muchas mujeres hayan recurrido a esta pregunta… ¿Soy más de pijama o de camisón?
Tanto el pijama como el camisón son prendas que han ido evolucionando su uso a lo largo de la historia, como puedes ver en nuestro post “La historia del pijama“. En la actualidad, ambos son utilizados por las mujeres dependiendo de sus gustos y costumbres.
Muchas aseguran que no sabrían con cuál quedarse, ambos tienen sus pros y sus contras y muchas aseguran usarlos indistintamente, dependiendo de la época del año, sobre todo. Pero es importante analizar y conocer ambas piezas para que se pueda, sin aún no lo has hecho, determinar su prioridad, o igual decides quedarte con los dos, mejor que mejor, ¡más dónde elegir!
Cuando mencionamos las palabras pijama o camisón se nos viene directamente algo a la mente: ¡comodidad! Y es que la característica primordial que deben presentar este tipo de prendas para dormir es la posibilidad de ofrecer a las personas que la usan el mayor confort posible para que puedan descansar sin preocuparse de si el pantalón le queda flojo y se le sube la pernera o si la cinturilla del camisón le queda demasiado apretada.
También es importante tener en cuenta la época del año en la que usaremos cada pijama o camisón, no solo para optar por un tipo de largo u otro, sino también para elegir el tejido adecuado: ¿Te imaginas dormir con un pijama de franela en verano? Imposible.
El pijama en invierno ayuda a subir la temperatura corporal, a veces demasiado. Hay veces que la sube, en exceso, provocando que nos despertemos entre sudores. En verano, sin embargo, nos ayuda a mantener la temperatura ideal con unos shorts o bermudas que nos facilitan mucho las cosas.
Sin embargo, el camisón en invierno nos calienta y nos mantiene la temperatura durante toda la noche. Consigue que no nos helemos de frío. En verano, el camisón resulta mucho más fresco que un pijama y si tienes calor te lo subes y problema resuelto. A hechos prácticos, las embarazadas lo saben, para dormir bien es mejor el camisón, mucho más cómodo y nos facilita las maniobras, en definitiva, da libertad.
Pero, después de ambas descripciones, la dualidad sigue estando servida. Ahora sí: nunca dejes de lado que debes sentirte cómoda. No importa si en pijama o en camisón…pero sí que te haga dormir del tirón.
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