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Cómo vencer la pereza y no procrastinar

Pijamas / junio 16, 2022
Cómo vencer la pereza y no procrastinar

En este post queremos darte algunos trucos sobre cómo vencer la pereza y no procrastinar.

Más allá del bienestar de estar en casa y de los momentos de relax que tanto valoramos, debemos ser capaces de romper con esa situación tan agradable para cumplir con obligaciones que no siempre nos resultan tan placenteras. Pero, antes que nada, te recomendamos qué leas nuestro post “Qué es la procrastinación”.

Para que te hagas una idea, la procrastinación consiste en postergar actividades / responsabilidades / tareas que no nos apetecen hacer. La táctica más habitual suele ser buscar excusas por las que no hacerlas: “no voy a salir a correr hoy porque debo hacer la compra”; o autoengañarnos: “hoy no salgo a correr porque hace demasiado calor y seguro que mañana no hace tanto”.

Al final, la procrastinación te introduce en una espiral de malestar, sensación de fracaso y culpabilidad.

¿Te suena? Todos, en algun momento de nuestra vida, hemos procrastinado. Pero no queremos que ese momento de pereza se convierta en un problema real. Por eso, en este post veremos algunos tips para saber cómo vencer la pereza y no procrastinar.

¿Cómo podemos vencer la pereza y no procrastinar?

Ahora le ponemos nombre a ese aplazamiento de responsabilidades: procrastinación. Pero toda la vida lo hemos llamado pereza. Vamos a darte algunos trucos para vencer esta pereza y, por consiguiente, sentirnos mejor con nosotros mismos y con mucha más autoconfianza.

vence la pereza

1. Haz una lista de tareas, actividades u objetivos

¿Qué debes hacer? ¿Cuáles son tus obligaciones u objetivos? Elabora un listado por escrito donde plasmes ese listado y lo tengas siempre presente. Te aconsejamos que empieces por acciones simples, que no te supongan un esfuerzo enorme y que vayas a ver los resultados a corto o medio plazo. Quizá puedes plantearte hacer la cama todos los días si es una de las cosas que te da más pereza. O fregar los platos nada más terminar de comer. Estas son pequeñas acciones que irán reeducando a tu cerebro y proporcionándote pequeñas dosis de satisfacción.

2. Plantéate objetivos realistas

Sé consciente de tus capacidades, de tus fortalezas y tus debilidades. Si te propones objetivos demasiado exigentes caerás en la frustración y, de nuevo, en la desmotivación y procrastinación. Si tu objetivo es correr una maratón, pero no sales a correr con frecuencia, no vas a conseguirlo y vas a sentirte fracasado. Quizá tu objetivo debería ser salir a correr 3 días a la semana. Y así, paso a paso, ir adaptado tus objetivos hasta conseguir tus metas.

3. Márcate una fecha límite

Dentro del listado de tareas, marca fechas. Por ejemplo: “Salir a correr los lunes, miércoles y viernes”. Así sabes que esos días debes hacer esa tarea. Si no marcas fechas te será más fácil volver a procrastinar: “Ya saldré a correr mañana”.

4. Prioriza las tareas que más te motiven

Lo importante es empezar, por eso, dentro de tu listado, prioriza las que tareas que más te motiven: si notas que estás haciendo algo te vas a motivar y vas a seguir haciendo más cosas. De esta manera, casi sin darte cuenta, estás creando un hábito. Cuando ya tengas este hábito, puedes plantearte empezar por las tareas que menos te estimulen: ¡la satisfacción de haber terminado una actividad que te suponía un mundo es maravillosa!

5. Busca apoyo

Busca a alguien de confianza en quien apoyarte en los momentos en los que más te cueste actuar. Comparte esos sentimientos e, incluso, involucra a esa persona para que te eche una mano. Hay tareas que son más agradables si se hacen en compañía. Y si hay otra persona involucrada te costará más procrastinar porque la estarás perjudicando a ella también. Por ejemplo: si tu objetivo es salir a correr busca un amigo que te acompañe y, de esa forma, la actividad será más motivante que si sales solo. Además, deberás cumplir con tu compromiso porque no querrás dejar tirada a esa persona a la que has involucrado.

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6. Piensa en la sensación de satisfacción

Busca la recompensa de todo esto: “Qué pereza salir a correr, pero qué bien me siento conmigo mismo cuando lo he hecho. Qué bien sienta la ducha de después, qué bien duermo, qué a gusto estoy con mi cuerpo”. Piensa en todo lo positivo y en el bienestar que vas a percibir. Y, sobre todo, valora tu esfuerzo: sé consciente de que has vencido la pereza y eso ya es un gran logro.

busca ratos para no hacer nada

7. Busca ratos para no hacer nada

Cuando procrastinamos buscamos excusas para no hacer lo que se supone que debemos hacer: “No puedo salir a correr porque debo hacer la compra”. Siempre cambiamos la actividad que nos da pereza por otra. Solución: no hagas nada. Si no haces tu tarea objetivo, no hagas ninguna otra cosa. Así, tú mismo terminarás activándote para hacer ese algo que no te apetece.

8. No te satures

Vencer la pereza no significa no poder estar tumbado en el sofá viendo una serie, descansar o, simplemente no hacer nada. Hay momentos para cada cosa: si cumples con tus obligaciones tienes todo el derecho a “no hacer nada” sin ningún tipo de remordimiento. De esta manera disfrutarás de ambas cosas: te sentirás feliz por haber cumplido tus objetivos y te sentirás a gusto por estar descansando porque te lo has ganado y no sientes culpabilidad.

El equilibrio es la clave: encuentra el tuyo entre responsabilidades y descanso y tu vida dará un gran cambio.